Nueva guía de atención a la violencia sexual en la infancia y la adolescencia

Se trata de una publicación destinada al acompañamiento de las familias cuidadoras de los menores que han sido víctimas de violencia sexual y que se entrega a las familias afectadas desde el primer contacto con el centro, ya sea con el Equipo EMMA o el servicio de Urgencias.

“Ante la revelación por parte de un hijo o hija de que ha sido víctima de violencia sexual, es normal que los progenitores sufran un choque emocional que les haga sentir bloqueados, que no sepan qué decir o qué hacer ante el niño o adolescente que ha confiado y pide ayuda. Esta guía intenta orientar y resolver las dudas que a menudo nos plantean”, expone la Dra. Anna Fàbregas, adjunta del servicio de Pediatría y coordinadora del Equipo EMMA. Las autoras de la publicación son Mireia Forner, psicóloga clínica, y Anna Fàbregas, y también han participado en su redacción Giuliana Rios y Tiffany Rexach, trabajadoras sociales sanitarias; la psicóloga Andrea Salvat y la pediatra Lledó Garcés, miembros de la unidad.

Estamos a tu lado pone énfasis en aspectos como la protección de la víctima, tanto evitando cualquier contacto con la persona agresora como recomendando acudir a servicios especializados de protección a la infancia del ámbito sanitario, de interior o de justicia. También destaca que hay que dar credibilidad a lo que explique el niño, niña o adolescente, sin hacer preguntas que puedan mostrar dudas o desconfianza sobre la información que ha verbalizado. Del mismo modo, recuerda que es fundamental el acompañamiento emocional, que implica escuchar de manera activa lo que explican los menores, intentando conectar con sus sentimientos. En este sentido, conviene formular preguntas abiertas para saber qué ha pasado de manera amplia y, especialmente, cómo se sienten, evitando preguntas dirigidas o cerradas que pueden confundirles y transmitir una sensación de presión por la búsqueda de información.

“Cuando un niño, niña o adolescente revela una situación de violencia sexual es normal sentir desconcierto, no saber qué decir, sentirse nervioso o con poco control de las emociones. Por eso, es importante tomarse un poco de tiempo, respirar profundamente y ser conscientes de la trascendencia del momento y de que el menor ha explicado esta situación a una persona en quien confía, con la que se siente vinculado/a y quien valora que le puede ayudar”, destaca Mireia Forner.

En este escenario, la respuesta debe estar dirigida a contener, acompañar y proteger al niño o adolescente y, en caso de duda, es importante pedir ayuda a los profesionales expertos. “La guía es como una caja de herramientas para ayudar a la familia mediante una serie de pautas u orientaciones para afrontar este momento, escuchar, acoger, validar las emociones y acompañar a su hijo o hija, sobre todo en este primer momento, en el que la actitud y la respuesta que se ofrece –de protección, credibilidad y acompañamiento emocional– puede ser clave en su proceso de recuperación”, añade Giuliana Rios.

Secuelas de la violencia sexual en un 35% de los casos

Uno de cada cinco niños, niñas o adolescentes son víctimas de violencia sexual, según datos del Consejo de Europa. Esta es infligida por familiares o conocidos en la mayoría de los casos (entre el 60 y el 85%), y en más de nueve de cada diez casos el agresor es un hombre. Según se explica desde el Vall d’Hebron, un 30-35% de los menores que viven una situación de violencia sexual presentan secuelas a medio-largo plazo. Entre los síntomas más comunes se encuentran los recuerdos o imágenes intrusivas; el estado emocional negativo persistente con presencia de miedo, rabia, vergüenza o culpa; las dificultades para conciliar o mantener el sueño y la presencia de pesadillas.

Esta sintomatología mejora con un abordaje especializado. Estos tratamientos a menudo incluyen a profesionales de la psicología clínica, el trabajo social sanitario y la pediatría. En el día a día de la víctima, es crucial el acompañamiento por parte de las familias, así como mantener unos hábitos y rutinas saludables en relación con la alimentación, el ejercicio o el sueño. Realizar actividades que le resulten gratificantes o relajantes y le permitan desconectar, así como mantener reuniones y encuentros con figuras protectoras y de confianza, también ayudan al niño o adolescente en su recuperación.

Trabajar la educación afectivo-sexual

La guía Estamos a tu lado cuenta con un apartado dedicado a trabajar la educación afectivo-sexual desde casa. Entre las orientaciones, se incluye la recomendación de poner el nombre real y concreto a las partes íntimas del cuerpo, así como concienciar a los menores de que nadie puede tocar sus partes íntimas y que ellos tampoco pueden tocar las de los otros.

Otros consejos son respetar los derechos de los niños a no querer dar abrazos, besos u otras muestras de afecto o trabajar con ellos y ellas las posibles situaciones de riesgo. La publicación también ofrece recomendaciones sobre cómo hablar del cuerpo, la sexualidad y las relaciones sexuales basadas en el afecto, la comunicación y el placer, y consentidas por ambas partes, de manera adaptada y en función de la edad. Asimismo, se incluyen una serie de recursos educativos de interés para las familias. En este apartado también figuran enlaces a vídeos con ejercicios de mindfulness y guías del Departament de Justícia para que familiares y profesionales sepan cómo actuar cuando hay una revelación de violencia sexual en niños, niñas y adolescentes.

Acceso a la guía Estamos a tu lado