El próximo lunes, 7 de octubre, se conmemora una nueva Jornada Mundial por el Trabajo Decente, un tema del que todos, seguramente, tenemos algo que opinar.
“El trabajo dignifica a las personas”, fue un dicho que escuché desde muy pequeña. Criada en una familia trabajadora, crecí viendo poco a mis padres por temas laborales, y mis primeros años fueron bajo la crianza de mi abuela.
Durante años, en mi adolescencia, fui crítica con ellos por elegir el trabajo por sobre la familia, pero de adulta entendí que la sociedad y las necesidades los obligaron a hacerlo. Los bajos sueldos y los altos costos muchas veces llevan a tener una vida dedicada al trabajo y dejar otros aspectos de lado.
La dignidad laboral es un problema que, lamentablemente, se repite en todo el mundo. La búsqueda de una vida mejor nos lleva muchas veces a migrar de nuestras ciudades o países de origen en busca de mejores oportunidades, teniendo que enfrentar duros desafíos.
Si bien hoy han mejorado las condiciones en comparación a antaño, aún vivimos situaciones como diferencias salariales entre hombres y mujeres, extensas jornadas laborales, salarios que no alcanzan para una vida digna y trabajos que nos llevan a padecer enfermedades psicosociales.
Garantizar el trabajo decente
Más complicado se vuelve el tema al intentar congeniar la vida laboral con la personal, si basta ver cómo muchas parejas posponen o descartan la paternidad, en pos de su desarrollo profesional. Las exigencias que se viven hoy y la competitividad son tremendamente agobiantes y nos enfrentan muchas veces unos a otros.
Es vital que, como sociedad, ya sea a nivel local, nacional y mundial, busquemos maneras de asegurar trabajos decentes a todos quienes lo necesiten, y así seamos personas más plenas, que puedan vivir una vida que equilibre el trabajo con el ocio, con la familia, con la cultura, el arte, etc. Sólo así tendremos sociedades más felices, empáticas y solidarias.
Dignificar la vida. Que el trabajo decente sea prioridad en las políticas públicas y se respeten los derechos laborales sin excepción. Como sociedades debemos promover el cuidado físico, mental y emocional de las personas, entendiendo que somos seres humanos sintientes y no máquinas motorizadas.
Actividades por el trabajo digno
Para conmemorar y reforzar la importancia de este día, el lunes 7 de octubre, a partir de las 19.30 horas, desde Cáritas te invitamos a participar de una eucaristía celebrada por el Sr. Obispo de Salamanca, José Luis Retana, en la Parroquia de Jesús Obrero (barrio de Pizarrales).
Posterior a eso, a las 20.30 horas, se realizará una marcha hasta el Monumento al Obrero, donde se hará lectura del Manifiesto de Iglesia por el trabajo decente.
“Por ti, por mí, trabajo decente”, es el mensaje de esta conmemoración, para recordar la importancia de trabajar en condiciones que mejoren nuestras vidas día a día.
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